Antecedentes
El aumento de senos generalmente se realiza para mejorar el tamaño y la forma de los senos de una mujer. La cirugía a menudo puede mejorar la autoimagen de un individuo. Históricamente, el agrandamiento de los senos se logró mediante 1 de 4 métodos, con diversos grados de éxito.
- Se han inyectado materiales inertes como silicona o parafina directamente en el tejido parenquimatoso para aumentar el tamaño de las mamas. Este método fue abandonado debido a la incidencia extremadamente alta de complicaciones agudas y a largo plazo. Es frecuente la formación de granulomas con este procedimiento, así como pérdida de piel y contractura de la cicatriz, produciendo desfiguración.
- Las inyecciones de tejido autógeno también se han utilizado en un intento de mejorar y agrandar la forma del seno. Se han utilizado tejidos autógenos, incluidos epiplón, grasa, músculo, lipomas y piel, en forma de dermis o injertos de grasa dérmica, para realzar y agrandar las mamas. Los resultados de la inyección de tejido autógeno han carecido de previsibilidad. Además de los riesgos de cicatrización y textura desigual que pueden ser visibles en pacientes que se han sometido a una inyección de tejido en los senos, pueden desarrollarse microcalcificaciones. Esto dificulta la realización de una mamografía de seguimiento en estas mujeres para el diagnóstico precoz del cáncer de mama.
- Recientemente, se utilizó un dispositivo de bomba de succión para intentar mejorar la forma de los senos. Sin embargo, aunque se notó algo de agrandamiento, la forma estética general en estos individuos carecía significativamente.
- Se pueden colocar implantes llenos de una sustancia para realzar y agrandar el tamaño del seno.
Los implantes, que en su mayoría se rellenan con silicona o solución salina, se han utilizado desde la década de 1960 para mejorar y agrandar la forma del tejido mamario femenino. Actualmente, son el método preferido para la mamoplastia de aumento.
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