En ocasiones, veremos pacientes en seguimiento donde alguna comorbilidad no está siendo manejada de manera ideal y el paciente está obviamente estresado. Después de hacer una consulta, muchas veces podemos ayudarlos a dirigirlos a especialistas altamente calificados bien conocidos en la práctica. Cuando se les pregunta por qué nunca nos buscaron ayuda, dicen que fue porque no era nuestra especialidad. Si bien eso es cierto, nos complace ayudar a cualquiera de nuestros pacientes con sus necesidades médicas al remitirlos a médicos de atención primaria, dermatólogos, cirujanos generales, gastroenterólogos o cualquier otra especialidad según sea necesario.
En el caso de una paciente, notamos que parecía estresada y había perdido peso durante su seguimiento clínico. Había faltado a varias citas. Cuando le preguntamos cuál era el problema, dijo que había desarrollado una exacerbación del reflujo gástrico que la mantenía despierta por la noche y le dificultaba comer. Cuando descubrimos que su tratamiento no parecía ser el mejor disponible, intervinimos y la derivamos a un gastroenterólogo muy conocido en la práctica. La seguimos y nos aseguramos de que recibiera la mejor atención posible. Algunos pueden decir que ese es el trabajo de un médico de atención primaria, pero en muchos casos desarrollamos relaciones sólidas y duraderas con nuestros pacientes y queremos ayudarlos de cualquier manera que podamos y no los despediremos si acuden a nosotros en busca de ayuda. .
Ramos, María
En el momento de su presentación original, la paciente era una mujer hispana de 49 años con un hijo que se presentó con una solicitud de abdominoplastia.
El examen fue notable por laxitud de la piel abdominal, diástasis de rectos y una gran cicatriz en la línea media, principalmente infraumbilical, que había sido el resultado de una cesárea realizada en Bolivia. La cicatriz era extremadamente estresante para la paciente y deseaba firmemente no solo corregir su contorno abdominal, sino también eliminar la mayor parte posible de la cicatriz de la línea media inferior. Lo que no nos contó es que también había tenido liposucción del abdomen en el pasado en un intento de mejorar su contorno abdominal. Ella no estaba completamente satisfecha con los resultados.
En el quirófano le realizamos una lipoabdominoplastia, una reparación de diástasis de rectos y extirpamos gran cantidad de piel, eliminando la gran mayoría de la cicatriz que tanto aborrecía. Después de la operación solo quedó un remanente de 2 cm. Estaba extremadamente feliz con los resultados.
